BUZO…
Cuantas cosas encerradas en tan solo cuatro letras
La simple palabra nos habla de aventuras, nos habla de lugares paradisiacos y aguas prístinas, de atardeceres, de alegrías y tristezas, de mares y tesoros.
Quien nos ve, nos envidia. Su mente forja historias sobre nosotros… y hemos de aceptar que hay algo de razón en ello.
Un buzo es por naturaleza un ser especial, dotado de un espíritu de aventura. Es un ser afable que tiene la dureza de un mar tempestuoso y la ternura de un niño.
Pero tiene muchas cosas mas. Es un ser que vive en un mundo diferente al que conocen el resto de los mortales… el buzo vive en su mundo acuático… vive y sueña con el buceo, aún sin estar en el agua. Tiene la capacidad de bucear entre delfines y cardúmenes con sólo pensarlo.
Los vecinos los envidian, las mujeres los adoran, los mayores los ignoran, sus hijos los admiran…y los mares los protegen.
Generalmente se inician buceando en parejas y terminan buceando por siempre en números numerosos.
Comparten en tierra la habilidad de los pulpos y se camuflajean según su contorno; pueden parecer grandes ejecutivos, mercaderes, pilotos, chóferes de autobuses, trabajadores industriales, en fin, adoptan cualquier apariencia que los haga ver como gente común… hasta que el agua toca su piel, entonces se transforman en seres acuáticos que comparten un mismo ideal, el GRAN AZUL.
Se les ve deambulando por las playas, en las discotecas, en los bares, acampando, limpiando equipos, en hamacas bajo las sombras de los cocoteros o simplemente tirados al sol, en todos los casos, los delata una sonrisa de satisfacción en sus rostros.
Los buzos tienen todo igual que los humanos… menos el corazón, éste es más grande, pues solo así pueden caber tantos amigos en él.
El buzo tiene la facultad de robar la atención de quienes lo rodean. Tiene un toque de rudeza sobre sus hombros y la blandura de las esponjas en su alma,.
Tiene la cordura de un loco y la sinceridad del mentiroso, es tan predecible como los terremotos y sabe a ciencia cierta como programar su vida… por las próximas dos horas.
Al buzo le basta un instante para que lo conozcan y toda una vida no es suficiente para olvidarlo. Tiene la capacidad de preocupar a los demás con sus buceos y se pregunta si vivir es motivo de preocupación.
Vienen en empaques de diferentes colores y gustan de nadar donde nadie más se atreve.
Han desarrollado un instinto especial para resolver situaciones difíciles y eso les da un aire de seguridad. Son responsables, amables, cariñosos, versátiles y toman decisiones, generalmente, adecuadas.
Viven en el presente, aunque a veces relatan cosas del pasado. Tienen la facultad de hacer crecer los peces con cada relato, en especial los tiburones, hasta que estos no caben en la razón.
Son siempre felices entre ellos, aún a costa de su propia vida, y la palabra desunión no está en su vocabulario. Saben, piensan y creen que su compañero de buceo no es un ser aparte, sino una extensión de su mismo cuerpo y lo cuidan más que a sus manos.
El buzo es un ser que ha sido ideado por el universo en las profundidades del mar… o más allá de las estrellas.
Es tan especial … como cada uno de sus buceos … ecos en las profundidades.
ANÓNIMO
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